Estudio Palacio Jurídico

Nosotros incluimos “lo legal” en un marco interdisciplinario que considera al ser humano en su integridad, y esto ya es “revolucionario” para la práctica actual del derecho.
Un matrimonio es una unidad social-humanitaria basada en Cariño, Ternura, Tolerancia y Respeto, no una sociedad comercial. Por lo tanto debe ser tratada como una entidad ética y no como un campo de batalla de intereses económicos.
El divorcio, en lugar de ser tratado humanitariamente, se concibe como una guerra de intereses económicos que tiene tres aspectos:La separación de bienes, la cuota alimentaria y la tenencia de los hijos, como medio de especulación para el logro de un beneficio económico.
Jamás se considera la separación y el divorcio desde el punto de vista de los traumas que se pueden infringir a los hijos. Tampoco se tiene en cuenta el imperativo de subsanar o atenuar esas heridas a los niños y lo imprescindible que es para ellos una relación respetuosa y afable entre sus progenitores.
Lo que debería lograrse es un acuerdo comprensivo y digno, más allá del desencuentro de pareja. Lejos de separarse como enemigos, con el enorme perjuicio que esto causa a los hijos, debería propiciarse una culminación amistosa, coherente con los principios de una entidad ética.

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