Gonzalo San Millan

Hola gente de La Pampa. Les cuento que el dia 17 de diciembre domingo de 14 a 17.30 voy a estar dando un taller de entrenamiento teatral en el ATTP ubicado en Jose Luro y Bolivia , la Pampa Santa Rosa. Les escribo con el objetivo de si me pueden dar una mano con la difusion ya que carezco de contactos en la Provincia desde ya muy agradecido
Docente Gonzalo San Millan.

Propuesta de entrenamiento teatral –
El cuerpo como único instrumento teatral
Considero que el actor es lo único y mas importante del teatro, mas aun que el texto, la luz, la escenografía, el vestuario, incluso que el director. Es su poética corporal la que inunda los textos, el vestuario, las luces, etc. Es su cuerpo quien decide siempre que hacer y que no, es el actor siempre quien en ultima instancia arriba de un escenario decide dar un paso mas o quedarse quieto en escena, es el actor quien considera necesario como y que hacer, esas consideraciones, esos lugares que parecen invisibles al espectador pero que cambian el rumbo de una obra son las que vamos a a trabajar.
El taller va estar encaminado en la búsqueda de un estado de sensibilidad para que el cuerpo quede lo mas abierto posible al encuentro de nuevos estados y propuestas. Una crisis necesaria para habitar otros mundos. El principal dispositivo se pone en el cuerpo como totalidad de acción, tanto activo como pasivo. Haciendo hincapié en ejercicios físicos vamos a tratar de combinar la palabra, la mirada y el gesto. La des estructuración del escenario para re significar que todo espacio es mas bien político que teatral y preponderando la forma por encima del contenido. La idea es ir buscando los idénticos momentos con desiguales cuerpos, las mismas palabras con diferentes impulsos y diferentes espacios para ver las herramientas de cada uno y para ir contra esas herramientas. La necesidad de no repetirse y el recorrido de cuales son los elementos que llevan al actor hacia el lugar ya conocido y de resguardo. Trabajaremos encima del actor, molestándolo en todo momento, no dejarlo ir a aquellos lugares que elige por temor a su propio caos.